EUROPA
PRESS
6 julio
2018
Precauciones
al tomar el sol
Tras el duro invierno por el que hemos
pasado apetece tomar estos primeros rayos de sol. No obstante, no podemos
hacerlo a la ligera porque puede ser perjudicial para nuestra piel. Por ello,
desde la Academia Española de Dermatología y Venerología
(AEDV) advierten de que el sol, con los cuidados debidos y tomándolo con
precaución, puede ser una fuente imprescindible para la piel, pero hay que
hacerlo bien.
El problema es que mucha gente, por el afán de ponerse
moreno, no toma las medidas adecuadas, pudiendo desembocar en consecuencias
nefastas como cáncer de piel. Lo que sí que es cierto es que el sol aporta
grandes beneficios para la salud: ayuda a la producción de vitamina D, es
fundamental para la salud ósea, y ayuda a liberar endorfinas, lo que genera un
bienestar mental.
Sin embargo, la AEDV avisa de que tomado en exceso aumenta
el riesgo de desarrollar un cáncer de piel, una enfermedad que afecta a 4.000
personas cada año en España, en el caso del melanoma (el cáncer con peor
pronóstico) y más de 74.000 desarrollan un cáncer cutáneo no melanoma.
A pesar de ello, un elevado porcentaje de españoles no son
conscientes de este problema, ni de cómo una exploración temprana podría
ayudarles. De hecho un 24% de la población española piensa que estar bronceado
es bueno para la piel.
En una entrevista con Infosalus,
el miembro de la AEDV y dermatólogo del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla,
el doctor Julián Conejo-Mir, avisa a su vez de que no
sólo ahora en primavera y verano recibimos radiación solar, sino que nuestra
piel debemos protegerla durante todo el año.
"Indudablemente en verano recibimos más radiaciones
porque estamos más expuestos al sol, llevamos también menos ropa, que al fin y
al cabo supone una barrera o protección. Pero los consejos o precauciones a la
hora de tomarlo deben aplicarse todo el año", añade.
El experto llama la atención a su vez sobre los calvos,
quienes padecen constante daño solar y deben protegerse muy bien del sol. Igualmente,
pide tener en cuenta el tipo de piel de cada persona y proteger todas las
pieles pero, fundamentalmente, aquellas de fototipos más bajos, especialmente
la 1, de pelirrojos o pieles súper blancas que se queman siempre, o la 2 de
rubios con ojos azules y piel muy clara, que se queman casi siempre o se ponen
la piel sonrosada. Aquí aconseja emplear la fotoprotección solar máxima
siempre.
Por otro lado, advierte de las lesiones preexistentes en la
piel y, en el caso de que haya muchos lunares, esa persona tiene mucho peligro
frente al sol ya que los lunares degeneran muchísimo en estas situaciones.
Igualmente, ve necesario evitar las horas de mayor
exposición solar. En último lugar, Conejo-Mir señala
la importancia de los suplementos orales de betacaroteno y demás sustancias,
como los polifenoles, o el leucotomo, que aumentan
discretamente la protección solar.
Aconseja también la revisión de la piel cada uno o dos años,
a partir de los 25. "Se trata de 5 minutos y sólo debe emplearse el dermatoscopio. Especialmente las revisiones deben seguirlas
las personas blancas de piel y con lunares", indica.
Finalmente, avisa de que la piel está peor ahora que hace 15
o 20 años porque antes se disponía de un mes de vacaciones entero y ahora las
personas apenas tienen un par de semanas, en las que nos proponemos ponernos
súper morenos de golpe, como cuando teníamos el mes entero y seguido de
vacaciones.